NOTICIAS

INSTITUCIONALES


Ejemplo a seguir en Cusco
CENEPRED reduce el riesgo de desastres y crea oportunidades

Por: Javier Pinillos Chunga, jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica.
En los nueve años de existencia del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED) –desde que fue creado el 18 de febrero de 2011– hemos impulsado numerosos proyectos para prevenir desastres, gracias a la alta capacidad de los profesionales y el personal técnico de nuestra institución, lo que hace posible una oportuna asistencia técnica en la materia, a los tres niveles de gobierno.

Entre ellas quisiera referirme al apoyo dado a la bella ciudad del Cusco, la cual, con el apoyo técnico de este centro nacional, ha implementado y ejecutado obras de mitigación o reducción de riesgos a cargo de su gobierno regional. Esas obras están en ejecución a lo largo de los 38 kilómetros del Río Huatanay, que recorre serpenteantemente la Ciudad Imperial y que, en anteriores oportunidades, ha ocasionado serios daños al desbordarse violentamente, debido a las lluvias intensas, afectando a numerosas personas que viven en las zonas aledañas al cauce, incluso con pérdidas de vidas humanas y de propiedad pública y privada.

Lo significativo de dicho proyecto es que, al igual que en muchos otros lugares, los desastres ocurren reiteradamente durante la estación de lluvias intensas, con efectos cada vez más destructivos, debido a que la población ocupa zonas de alto riesgo en el contexto del proceso de migración por motivos económicos.

Ante estos hechos recurrentes, había tres opciones: La primera y más efectiva: tomar en serio la gestión correctiva e iniciar obras de reducción del riesgo frente a las amenazas, estableciendo zonas intangibles, imposible de ser ocupadas por humanos en solitario o en asentamientos.

La segunda opción era adoptar paliativos temporales, como trabajos de limpieza del cauce o descolmatación, sin aspirar a solucionar el problema principal.

La tercera, lamentablemente la más socorrida, era la inacción de las autoridades, encomendándose al superior, a la espera de que no sucediera ningún hecho lamentable. Esta última, sin lugar a dudas, representa la más alta irresponsabilidad de las instituciones ejecutoras.

Los gestores de la Región Cusco, afortunadamente, han aprendido las lecciones que diariamente nos deja la naturaleza, con esa fuerza viva que nada detiene y, desde hace algunos años, han optado por la primera de las alternativas mencionadas, incorporando decididamente la gestión prospectiva (prevenir/evitar los riesgos) y correctiva (reducir los riesgos existentes) en su ordenamiento territorial, para proyectar su crecimiento urbano minimizando los riesgos.

En ese sentido, el proyecto del Río Huatanay, como parte de los planes del Gobierno Regional, busca eliminar riesgos a lo largo de los 38 kilómetros de cauce, mediante la construcción de gaviones y enrocados, obras que conforme avanzan van modificando el paisaje, ya que se generan terrazas en las fajas marginales donde se pueden desarrollar arreglos paisajistas que embellecen las áreas circundantes.

En ese contexto, otro aspecto significativo y destacable, es el aumento de la oferta laboral para los trabajadores de la región Cusco y es que en estas obras de construcción de gaviones (defensas ribereñas de piedras enmalladas con acero), además de mejorar las condiciones de vida y reducción de la vulnerabilidad de las poblaciones aledañas, se hace necesaria la mano de obra local, en especial de mujeres de bajos recursos económicos (70%). Ellas, luego de recibir adiestramiento, ejecutan los trabajos con gran precisión y cuidado, pese a requerir un esfuerzo físico considerable.

Sin embargo, hay otro punto de gran valor como inclusión social. Entre el personal de la obra figura también un considerable número de personas con capacidades diferentes, a las cuales se les brinda el debido cuidado y orientación para que puedan efectuar su trabajo con el entusiasmo que los caracteriza, demostrando con ello que las limitaciones físicas (obviamente no todas) pueden ser superadas cuando existe la voluntad y la oportunidad, como en el caso que se relata.

El proyecto del Río Huatanay, es resultado de decisiones correctas de las autoridades que cambian de manera sustancial y positiva la calidad de vida de una gran cantidad de personas, al otorgarles las condiciones de seguridad y desarrollo económico necesarias para enfrentar la vida y sentirse mejores personas, padres y madres. ¡Es un ejemplo y experiencia vivencial que debiera ser replicado a nivel nacional!

Estas experiencias exitosas, que tienen como objetivo principal salvaguardar la vida de nuestros conciudadanos, deben ser continuamente promovidas en todo el territorio nacional, con la finalidad de tener ciudades resilientes.

Para ello, como servidores públicos, estamos comprometidos a seguir impulsando la gestión prospectiva y correctiva de la gestión del riesgo de desastres, teniendo como objetivo alcanzar una sociedad realmente inclusiva y próspera, donde ser parte de un proyecto útil a la comunidad (inversiones para la reducción del riesgo), sea siempre motivo de verdadero y legítimo orgullo de todos los actores del SINAGERD.

¡VIVA EL CENEPRED!
¡VIVA LA GRD!
¡VIVA EL PERÚ!

CENEPRED. “Promoviendo Cultura de Prevención”